Civilización y barbarie es el título de uno de los libros que me han hecho leer cuando cursaba el nivel secundario y que pertenece a Domingo Faustino Sarmiento, el padre de la educación, como suelen definirlo aquellos maestros que defienden el estandarte de educación de la época colonial. Y en estas pocas líneas seguro que pudieron inferir que tengo un total desprecio por este hombre. No soy analfabeta y aun con dos carreras, sigo estudiando. Pero lo que más recuerdo de este ser, es ese libro que hoy utilizo como título de mi post. Nunca entendí el por qué de querer convertir a la sociedad argentina a los valores de la "Gran Europa" como decían antes. ¿Quién dice qué es la civilización o la barbarie? Que Sarmiento, cuando viajó a estudiar hacia el viejo continente, haya visto otras costumbres, según él, más refinadas, más intelectuales, no significa que en las tierras que pisó después y que luego gobernó no existiera tal cosa. Pero no se pusieron a pensar la discriminación que hizo el "padre de la educación" a nuestra sociedad, tratándola de bárbara y queriendo conquistar zonas autóctonas impregnándolas con un tinte europeo.
Y eso configuró el karma de la sociedad argentina actual, o por lo menos, la mente de varias personas que conozco o de aquellas que escucho conversaciones en los transportes públicos: "En Europa, los colectivos, si dicen que llegan y 5, te llegan a esa hora. Y acá, si vienen, bien, sino tomate otro"; "En Europa son respetuosos con el semáforo, y ni siquiera te tocan bocina. Acá pasás en amarillo y te gritan de todo"; "En Europa ni loco vas a tirar papeles al piso. En Argentina está lleno de volantes y mugre en la calle"; "Acá no te podés comprar un teléfono último modelo porque te lo afanan. En Europa tienen lo último y lo dejan arriba de una mesa del café de la esquina y nada".
Puede ser que nuestro país no cumpla con "los requisitos europeos", pero entiendan que somos otra sociedad, crecimos diferente. Pero añoramos lo que tiene el viejo mundo.
Muchas de las quejas de nuestro país son por nuestra culpa. Miremos un poco hacia nosotros y no hacia el otro lado del charco. Nosotros somos una civilización también.
Desde hoy empiezo una campaña: "Basta de: En Europa ... y acá ..."
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