4 de abril de 2011

Adiviná en cm³



Después de que esta situación me pasara, digamos, unas veinte veces, decidí escribir un post, otra vez de reclamo, de indignación por aquellas pequeñas cosas cotidianas, las que nadie le presta importancia.
Cerca de mi casa tengo dos supermercados, vamos a nombrarlos como "D" y " E" (mejor no dar los nombres completos a ver si me descubren y después, oh sorpresa, un atentado contra mi persona). El primero, que es de descuentos, no es muy bello que digamos. Los productos, en vez de estar en las góndolas, están en cajas, pero lo bueno es que uno se ahorra bastante dinero a comparación de otras cadenas de supermercados. El segundo, pintado de amarillo, nunca tiene una buena atención. Pero lo que más me molesta, es que cuando llegás a la caja y recién empezás a sacar las cosas del carrito de supermercado te preguntan: "¿Cuántas bolsas querés?" A ver, "si yo supiera los centímetros cúbicos que tienen esas bolsas y la resistencia de la misma sumado a los centímetros cúbicos o cuadrados de todo los productos que compro, elevado a la quincuagésima potencia del logaritmo x, más la Ley de gravedad (por si las naranjas o los huevos van arriba o abajo), agregado al peso específico de cada producto, y si afuera el viento sopla a unos x kilómetros por hora (porque hay que ver si la bolsa se bambolea cuando uno la lleva), además de calcular la fuerza que pueden soportar mis músculos, te diría cuántas bolsitas necesito. Pero no, no soy Einstein ni Newton ni Hércules, así que primero meto todo en la bolsita y después te digo cuantas necesito".

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