30 de abril de 2010

Rasguñando



Otra vez divague en el subte. Voy directo a comprarme un libro, usado, y recorrer las vastas librerías que tiene la avenida Corrientes. Como siempre, el transporte elegido es subterráneo. No llevo mp3 ni libros encima (repito, me voy a comprar uno). Era un día de bastante calor, así que me calcé unas ojotas o, mejor dicho, las más conocidas de la marca "H" (no la nombro completa a ver si me cobran por los derechos). Me miro los pies y veo que tengo que retocar el color rojo de las uñas. No suelo hacerlo por coquetería, hay una explicación: una de las uñas no está de color rojo como los demás si se repara en los detalles, es más bien, violeta. Es que siempre me olvido de vendarme los dedos de los pies cuando voy a correr y como consecuencia, varias uñas ya se me han caído. Sí, bastante asqueroso. En fin, luego de mirarme la de los pies, me miré la de las manos. No podía creer que tenía que cortármelas de nuevo luego de una semana!! como siempre me mata la curiosidad, al volver a mi casa googleé la palabra "uña" para ver por qué crecen y cada cuánto. Interesante información la que encontré: las uñas de las manos crecen más rápido que la de los pies (y claro, éstas se encuentran más atrapadas) "crecen a una velocidad promedio de 0,1 mm/día (1 cm cada 100 días" (fuente Wiki, aunque no muy recomendada pero contrastada con otras fuentes). Sigo insistiendo en lo mismo. Basta de mentiras científicas: a mí me crecen más rápido y encima no encuentro el alicate!!!

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